El empresario Ángel González tiene un legado increíble. Pero hay que destacar que todo se lo ha ganado a pulso.
Desde que era un niño debió sacrificar sus juegos, sus amistades, y hasta su educación primaria, para superarse en la vida y triunfar.
Antes de convertirse en un gran hombre de negocios debió afrontar varios obstáculos. Muchos de ellos intentaron derribarlo, pero él se mantuvo firme y pudo salir airoso de todas sus batallas.
Su familia era de clase media y sus primeros años de vida en México fueron muy duros y sacrificados.
Unos años desafiantes
Tuvo que renunciar a la escolaridad y empezar a trabajar, (cuando apenas era un niño), para llevar el pan a la mesa de sus padres.
Luego, abandonó su tierra natal antes de cumplir sus 18 años. En aquel entonces salió de México con una maleta colmada de sueños y muchas metas por lograr.
También tenía la convicción de trabajar más duro para cambiar su realidad; esa que le había roto el corazón en muchas oportunidades.
El nuevo destino era Guatemala. En este país cumplió sus sueños y su vida dio un giro de 180 grados.
Efectivamente, en suelo guatemalteco tuvo su primera tienda, adquirió grandes destrezas como comerciante y se estrenó como el “empresario Ángel González”.
Esta nueva faceta empresarial cobró vida después de fundar su primera compañía. Prolasa era una difusora de contenidos de gran talante y una de las más respetadas en el continente latinoamericano.
El empresario Ángel González
Gracias a esta compañía el empresario Ángel González empezó a hacer historia en el entorno de los medios de comunicación en Centroamérica y El Caribe.
Tiempo después se devolvió a la república mexicana y adquirió Albavisión (la mayor red de afiliación de habla hispana del mundo).
Sin duda, el empresario Ángel González se ha enfrentado a grandes retos, pero cada uno de ellos lo ha hecho más resiliente y más experimentado con el pasar de los años.